1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
PRAE 2020
|
GRADO :sextos y séptimos
|
FECHA: mayo
12
|
TEMA: Día del río Bogotá
|
||
Objetivo General: Conmemorar
el día del río Bogotá a través de una actividad de sensibilización que
promueve el cuidado de los ríos.
|
||
Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto
presentado en la guía sobre el rio Bogotá
Desarrollar completamente la
actividad propuesta en la guía.
|
||
Criterios de Evaluación:
Realización
completa de la actividad
planteada en la guía, y enviar fotos de la misma asi: Jornada mañana: profesora Miryam
Sierra WhatsApp 3053713928 y Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina
Ramírez WhatsApp 3203535647 o al
correoambientalmisaelpastrana@gmail.com Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo
losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
|
Reflexión
Lastimosamente
el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los
últimos años la contaminación que los
humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas,
de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie
llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica,
está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido
transformaciones drásticas en su
desarrollo natural.
Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un
poco más de 20 centímetros, con un
cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación
del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen
al borde de la extinción.
Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá,
la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como Villa
pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del río llamó poderosamente su
atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se había percatado antes de su
presencia.
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel
gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un
lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y
blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del
río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa
el gran varón.
Videos
relacionados con el tema:
El
expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al
capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas
mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y
le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la
soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico
José Celestino Mutis.
Pero la palabra Eremophilus
mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un
nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez
capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal
consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo
llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.
El encuentro de
Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de
varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una
especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte
del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita
científicamente en el país.
Empieza
su declive
Los
reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía
tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio
con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo
temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En
esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las
orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del
panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era
insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban
al pez como una insignia que debía respetarse.
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años
de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa
pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda que en su infancia y
adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El
río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies
como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo
regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi
fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
Según
el Programa Nacional para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado
hace dos años y elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente
de Bogotá, la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el
Instituto Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso
de muchos individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción
inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados
del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y
La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y
Tundaza.
Este forzoso cambio de
hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o
repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las
truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los
pobladores de estas áreas del país.
“La presencia de especies exóticas como la trucha y la
carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del
capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde
se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y langostilla,
consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten enfermedades”, cita el
Programa Nacional del Pez Capitán.
Más verdugos
En la actualidad no hay
estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que
sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912
del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en
vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.
Además de su cambio de
hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes
descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y
degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y
bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la
contaminación del agua del río.
Las aguas que bañan al
altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y
coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han
dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha
disminuido la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos,
moluscos, macro invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
Hasta su tamaño ha mermado en los
últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en laguna de
Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para procrear
con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño promedio.
En la laguna de Pedro Palo, ubicada en
las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas naturales que hay a
su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.
Actividad,
Observa los
videos sugeridos. Selecciona, una frase, un mensaje, un dato importante según la figura correspondiente a su grado.
Es decir si la figura tiene 6 lados debe seleccionar 6 datos.
1-Copia esta
plantilla del cubo
2-Recorta la
plantilla del cubo con unas tijeras
3 dobla todas
las líneas de la plantilla
4-Pon
pegamento en cada una de las pestañas y
pégala
5- Ahora coloca color con vinilo. Un color a cada
cara.
6-Pega o
escribe en cada una de sus caras una
frase o dato importante, ya seleccionado de la lectura de la historia del
capitán de la sabana.
7-Adhiera la figura a un nailon y
pegue al techo. En algún lugar de la casa.
8-
Tome foto a cada uno de sus lados y una foto con la figura completa donde
aparezca usted en familia. Envíe fotos
según el número de caras que tenga. A su docente titular. Nota: El mensaje
puede ser a mano, o impreso si se le facilita.
Si lo desea, puede aumentar el tamaño
Bibliografia
1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
PRAE 2020
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GRADO :sextos y séptimos
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FECHA: mayo
12
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TEMA: Día del río Bogotá
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Objetivo General: Conmemorar
el día del río Bogotá a través de una actividad de sensibilización que
promueve el cuidado de los ríos.
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Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto
presentado en la guía sobre el rio Bogotá
Desarrollar completamente la
actividad propuesta en la guía.
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Criterios de Evaluación:
Realización
completa de la actividad
planteada en la guía, y enviar fotos de la misma asi: Jornada mañana: profesora Miryam
Sierra WhatsApp 3053713928 y Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina
Ramírez WhatsApp 3203535647 o al
correoambientalmisaelpastrana@gmail.com Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo
losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
|
Reflexión
Lastimosamente
el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los
últimos años la contaminación que los
humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas,
de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie
llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica,
está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido
transformaciones drásticas en su
desarrollo natural.
Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un
poco más de 20 centímetros, con un
cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación
del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen
al borde de la extinción.
Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá,
la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como Villa
pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del río llamó poderosamente su
atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se había percatado antes de su
presencia.
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel
gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un
lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y
blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del
río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa
el gran varón.
Videos
relacionados con el tema:
El
expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al
capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas
mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y
le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la
soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico
José Celestino Mutis.
Pero la palabra Eremophilus
mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un
nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez
capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal
consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo
llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.
El encuentro de
Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de
varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una
especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte
del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita
científicamente en el país.
Empieza
su declive
Los
reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía
tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio
con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo
temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En
esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las
orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del
panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era
insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban
al pez como una insignia que debía respetarse.
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años
de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa
pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda que en su infancia y
adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El
río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies
como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo
regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi
fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
Según
el Programa Nacional para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado
hace dos años y elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente
de Bogotá, la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el
Instituto Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso
de muchos individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción
inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados
del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y
La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y
Tundaza.
Este forzoso cambio de
hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o
repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las
truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los
pobladores de estas áreas del país.
“La presencia de especies exóticas como la trucha y la
carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del
capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde
se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y langostilla,
consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten enfermedades”, cita el
Programa Nacional del Pez Capitán.
Más verdugos
En la actualidad no hay
estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que
sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912
del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en
vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.
Además de su cambio de
hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes
descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y
degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y
bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la
contaminación del agua del río.
Las aguas que bañan al
altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y
coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han
dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha
disminuido la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos,
moluscos, macro invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
Hasta su tamaño ha mermado en los
últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en laguna de
Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para procrear
con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño promedio.
En la laguna de Pedro Palo, ubicada en
las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas naturales que hay a
su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.
Actividad,
Observa los
videos sugeridos. Selecciona, una frase, un mensaje, un dato importante según la figura correspondiente a su grado.
Es decir si la figura tiene 6 lados debe seleccionar 6 datos.
1-Copia esta
plantilla del cubo
2-Recorta la
plantilla del cubo con unas tijeras
3 dobla todas
las líneas de la plantilla
4-Pon
pegamento en cada una de las pestañas y
pégala
5- Ahora coloca color con vinilo. Un color a cada
cara.
6-Pega o
escribe en cada una de sus caras una
frase o dato importante, ya seleccionado de la lectura de la historia del
capitán de la sabana.
7-Adhiera la figura a un nailon y
pegue al techo. En algún lugar de la casa.
8-
Tome foto a cada uno de sus lados y una foto con la figura completa donde
aparezca usted en familia. Envíe fotos
según el número de caras que tenga. A su docente titular. Nota: El mensaje
puede ser a mano, o impreso si se le facilita.
Si lo desea, puede aumentar el tamaño
Bibliografia
1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
PRAE 2020
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GRADO :sextos y séptimos
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FECHA: mayo
12
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TEMA: Día del río Bogotá
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Objetivo General: Conmemorar
el día del río Bogotá a través de una actividad de sensibilización que
promueve el cuidado de los ríos.
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Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto
presentado en la guía sobre el rio Bogotá
Desarrollar completamente la
actividad propuesta en la guía.
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Criterios de Evaluación:
Realización
completa de la actividad
planteada en la guía, y enviar fotos de la misma asi: Jornada mañana: profesora Miryam
Sierra WhatsApp 3053713928 y Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina
Ramírez WhatsApp 3203535647 o al
correoambientalmisaelpastrana@gmail.com Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo
losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
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Reflexión
Lastimosamente
el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los
últimos años la contaminación que los
humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas,
de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie
llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica,
está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido
transformaciones drásticas en su
desarrollo natural.
Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un
poco más de 20 centímetros, con un
cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación
del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen
al borde de la extinción.
Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá,
la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como Villa
pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del río llamó poderosamente su
atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se había percatado antes de su
presencia.
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel
gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un
lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y
blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del
río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa
el gran varón.
Videos
relacionados con el tema:
El
expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al
capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas
mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y
le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la
soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico
José Celestino Mutis.
Pero la palabra Eremophilus
mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un
nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez
capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal
consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo
llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.
El encuentro de
Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de
varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una
especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte
del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita
científicamente en el país.
Empieza
su declive
Los
reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía
tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio
con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo
temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En
esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las
orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del
panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era
insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban
al pez como una insignia que debía respetarse.
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años
de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa
pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda que en su infancia y
adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El
río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies
como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo
regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi
fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
Según
el Programa Nacional para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado
hace dos años y elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente
de Bogotá, la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el
Instituto Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso
de muchos individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción
inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados
del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y
La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y
Tundaza.
Este forzoso cambio de
hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o
repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las
truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los
pobladores de estas áreas del país.
“La presencia de especies exóticas como la trucha y la
carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del
capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde
se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y langostilla,
consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten enfermedades”, cita el
Programa Nacional del Pez Capitán.
Más verdugos
En la actualidad no hay
estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que
sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912
del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en
vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.
Además de su cambio de
hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes
descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y
degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y
bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la
contaminación del agua del río.
Las aguas que bañan al
altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y
coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han
dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha
disminuido la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos,
moluscos, macro invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
Hasta su tamaño ha mermado en los
últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en laguna de
Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para procrear
con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño promedio.
En la laguna de Pedro Palo, ubicada en
las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas naturales que hay a
su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.
Actividad,
Observa los
videos sugeridos. Selecciona, una frase, un mensaje, un dato importante según la figura correspondiente a su grado.
Es decir si la figura tiene 6 lados debe seleccionar 6 datos.
1-Copia esta
plantilla del cubo
2-Recorta la
plantilla del cubo con unas tijeras
3 dobla todas
las líneas de la plantilla
4-Pon
pegamento en cada una de las pestañas y
pégala
5- Ahora coloca color con vinilo. Un color a cada
cara.
6-Pega o
escribe en cada una de sus caras una
frase o dato importante, ya seleccionado de la lectura de la historia del
capitán de la sabana.
7-Adhiera la figura a un nailon y
pegue al techo. En algún lugar de la casa.
8-
Tome foto a cada uno de sus lados y una foto con la figura completa donde
aparezca usted en familia. Envíe fotos
según el número de caras que tenga. A su docente titular. Nota: El mensaje
puede ser a mano, o impreso si se le facilita.
Si lo desea, puede aumentar el tamaño
Bibliografia
1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
PRAE 2020
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GRADO :sextos y séptimos
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FECHA: mayo
12
|
TEMA: Día del río Bogotá
|
||
Objetivo General: Conmemorar
el día del río Bogotá a través de una actividad de sensibilización que
promueve el cuidado de los ríos.
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Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto
presentado en la guía sobre el rio Bogotá
Desarrollar completamente la
actividad propuesta en la guía.
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Criterios de Evaluación:
Realización
completa de la actividad
planteada en la guía, y enviar fotos de la misma asi: Jornada mañana: profesora Miryam
Sierra WhatsApp 3053713928 y Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina
Ramírez WhatsApp 3203535647 o al
correoambientalmisaelpastrana@gmail.com Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo
losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
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Reflexión
Lastimosamente
el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los
últimos años la contaminación que los
humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas,
de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie
llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica,
está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido
transformaciones drásticas en su
desarrollo natural.
Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un
poco más de 20 centímetros, con un
cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación
del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen
al borde de la extinción.
Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá,
la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como Villa
pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del río llamó poderosamente su
atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se había percatado antes de su
presencia.
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel
gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un
lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y
blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del
río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa
el gran varón.
Videos
relacionados con el tema:
El
expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al
capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas
mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y
le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la
soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico
José Celestino Mutis.
Pero la palabra Eremophilus
mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un
nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez
capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal
consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo
llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.
El encuentro de
Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de
varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una
especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte
del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita
científicamente en el país.
Empieza
su declive
Los
reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía
tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio
con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo
temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En
esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las
orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del
panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era
insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban
al pez como una insignia que debía respetarse.
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años
de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa
pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda que en su infancia y
adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El
río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies
como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo
regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi
fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
Según
el Programa Nacional para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado
hace dos años y elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente
de Bogotá, la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el
Instituto Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso
de muchos individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción
inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados
del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y
La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y
Tundaza.
Este forzoso cambio de
hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o
repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las
truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los
pobladores de estas áreas del país.
“La presencia de especies exóticas como la trucha y la
carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del
capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde
se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y langostilla,
consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten enfermedades”, cita el
Programa Nacional del Pez Capitán.
Más verdugos
En la actualidad no hay
estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que
sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912
del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en
vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.
Además de su cambio de
hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes
descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y
degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y
bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la
contaminación del agua del río.
Las aguas que bañan al
altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y
coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han
dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha
disminuido la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos,
moluscos, macro invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
Hasta su tamaño ha mermado en los
últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en laguna de
Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para procrear
con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño promedio.
En la laguna de Pedro Palo, ubicada en
las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas naturales que hay a
su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.
Actividad,
Observa los
videos sugeridos. Selecciona, una frase, un mensaje, un dato importante según la figura correspondiente a su grado.
Es decir si la figura tiene 6 lados debe seleccionar 6 datos.
1-Copia esta
plantilla del cubo
2-Recorta la
plantilla del cubo con unas tijeras
3 dobla todas
las líneas de la plantilla
4-Pon
pegamento en cada una de las pestañas y
pégala
5- Ahora coloca color con vinilo. Un color a cada
cara.
6-Pega o
escribe en cada una de sus caras una
frase o dato importante, ya seleccionado de la lectura de la historia del
capitán de la sabana.
7-Adhiera la figura a un nailon y
pegue al techo. En algún lugar de la casa.
8-
Tome foto a cada uno de sus lados y una foto con la figura completa donde
aparezca usted en familia. Envíe fotos
según el número de caras que tenga. A su docente titular. Nota: El mensaje
puede ser a mano, o impreso si se le facilita.
Si lo desea, puede aumentar el tamaño
Bibliografia
1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
PRAE 2020
|
GRADO :octavo y noveno
|
FECHA: mayo
12
|
TEMA: Día del río Bogotá
|
||
Objetivo General: Conmemorar el día del río Bogotá a través de una actividad de sensibilización que
promueve el cuidado de los ríos.
|
||
Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto
presentado en la guía sobre el rio Bogotá
Desarrollar completamente la
actividad propuesta en la guía.
|
||
Criterios de Evaluación:
Realización
completa de la actividad
planteada en la guía, y enviar fotos de la misma asi: Jornada mañana: profesora Miryam
Sierra WhatsApp 3053713928 y Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina
Ramírez WhatsApp 3203535647 o al
correoambientalmisaelpastrana@gmail.com Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo
losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
|
Reflexión
Lastimosamente
el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los
últimos años la contaminación que los
humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas,
de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie
llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica,
está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido
transformaciones drásticas en su
desarrollo natural.
Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un
poco más de 20 centímetros, con un
cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación
del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen
al borde de la extinción.
Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá,
la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como
Villa pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del
río llamó poderosamente su atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se
había percatado antes de su presencia.
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel
gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un
lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y
blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del
río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa
el gran varón.
Videos relacionados
con el tema:
El
expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al
capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas
mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y
le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la
soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico
José Celestino Mutis.
Pero la palabra Eremophilus
mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un
nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez
capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal
consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo
llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.
El encuentro de
Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de
varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una
especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte
del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita
científicamente en el país.
Empieza
su declive
Los
reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía
tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio
con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo
temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En
esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las
orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del
panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era
insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban
al pez como una insignia que debía respetarse.
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años
de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa
pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda que en su infancia y
adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El
río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies
como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo
regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi
fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
Según el Programa Nacional
para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado hace dos años y
elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente de Bogotá,
la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el Instituto
Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso de muchos
individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción
inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados
del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y
La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y
Tundaza.
Este forzoso cambio de
hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o
repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las
truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los
pobladores de estas áreas del país.
“La presencia de especies exóticas como la trucha y la
carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del
capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde
se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y
langostilla, consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten
enfermedades”, cita el Programa Nacional del Pez Capitán.
Más verdugos
En la actualidad no hay
estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que
sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912
del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en
vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.
Además de su cambio de
hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes
descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y
degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y
bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la
contaminación del agua del río.
Las aguas que bañan al
altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y
coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han
dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha disminuido
la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos, moluscos, macro
invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
Hasta su tamaño ha
mermado en los últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en
laguna de Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para
procrear con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño
promedio.
En la laguna de Pedro
Palo, ubicada en las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas
naturales que hay a su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.
Actividad
Observa
los videos sugeridos. Selecciona, una frase, un mensaje, un dato
importante para la figura asignada, es
decir, tu figura tiene 5 lados, escribes 5 mensajes.
1. Copia esta
plantilla del prisma pentágonal.
2. Recorta la
plantilla con unas tijeras
3. Dobla todas
las líneas de la plantilla
4. Coloca
pegamento en cada una de las pestañas y
pégala
5- Ahora aplícale
color con vinilo. Un color a cada cara.
6-Pega en
cada una de sus caras una frase o dato
importante, ya seleccionado de la lectura del capitán de la sabana.
7-Adhiera
la figura a un nailon y pegue al techo. En algún lugar de la casa.
8-
Tome foto a cada uno de sus lados y una foto con la figura completa donde
aparezca usted en familia. Envíe fotos
según el número de caras que tenga a su
docente titular. Nota: El mensaje puede ser a mano, o impreso si se le
facilita.
1. IDENTIFICACIÓN DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE
PRAE 2020
|
GRADO: décimo y once
|
FECHA: mayo
12
|
TEMA: Día del río Bogotá
|
||
Objetivo General: Conmemorar el día del río Bogotá a través de una actividad de sensibilización que
promueve el cuidado de los ríos.
|
||
Actividad a Realizar por el estudiante
Realizar lectura del texto
presentado en la guía sobre el rio Bogotá
Desarrollar completamente la
actividad propuesta en la guía.
|
||
Criterios de Evaluación:
Realización
completa de la actividad
planteada en la guía, y enviar fotos de la misma asi: Jornada mañana: profesora Miryam
Sierra WhatsApp 3053713928 y Fritz Navas WhatsApp 3043911178 y Jornada tarde: profesora Luz Marina
Ramírez WhatsApp 3203535647 o al
correoambientalmisaelpastrana@gmail.com Y Bolnet Reales WhatsApp 3115391341 o al correo
losaprendices.100@gmail.com
Enviar a más tardar el 14 de mayo.
|
Reflexión
Lastimosamente
el comportamiento humano, la caza incontrolada, el cambio de ambiente y en los
últimos años la contaminación que los
humanos hemos provocado a nuestros ríos estan acabando con nuestras especies endémicas,
de cada una de las regiones de este país. Y en especial la de esa especie
llamada “capitán de la sabana” que está comprobado siendo una especie endémica,
está desapareciendo del río Bogotá, y las pocas que quedan han sufrido
transformaciones drásticas en su
desarrollo natural.
Alexander von Humboldt descubrió a este pequeño pez de bigotes, de un
poco más de 20 centímetros, con un
cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación
del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen
al borde de la extinción.
Mientras Alexander von Humboldt recorría la parte alta del río Bogotá,
la más fría y repleta de frailejones paramunos, que abarca municipios como
Villa pinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé y Guatavita, un pez con bigotes en las heladas aguas del
río llamó poderosamente su atención. Corría el año 1805 y ningún extranjero se
había percatado antes de su presencia.
Se trataba de un pequeño bagre bigotón, piel
gruesa, sin escamas, con la cabeza aplanada y cinco aletas distribuidas en un
lánguido cuerpo de escasos 23 centímetros. Su color era verde oscuro y negro, con algunas pintas amarillas y
blancas. Humboldt lo encontró tranquilo, como pasmado en las frías aguas del
río que los muiscas habían bautizado como Funza, palabra chibcha que significa
el gran varón.
Videos relacionados
con el tema:
El
expedicionario alemán tuvo una curiosa visión con el pez. Se le pareció al
capitán de un barco solitario y abandonado que fluía en total calma por aguas
mansas y cristalinas. Humboldt anotó en su diario de viaje el hallazgo y
le puso como nombre Eremophilus, palabra que significa amante de la
soledad, y mutissi como apellido, en honor a su amigo el botánico
José Celestino Mutis.
Pero la palabra Eremophilus
mutissi no la entendía nadie. Por eso, Humboldt decidió darle un
nombre más común para que todos lo entendieran y se lo imaginaran: el pez
capitán de la sabana. Lo describió como una comida agradable, un animal
consumido principalmente por los pobladores de la capital, en ese tiempo
llamada Santa Fe, para la celebración de la cuaresma.
El encuentro de
Humboldt con el pez de largos bigotes dejó una huella histórica. Luego de
varios estudios, los científicos evidenciaron que este bagre es una
especie endémica del río Bogotá, es decir que no habita en ninguna otra parte
del planeta. Además, fue la primera especie de pez de agua dulce descrita
científicamente en el país.
Empieza
su declive
Los
reportes Humboldt, de hace 215 años, relataban que el pez capitán vivía
tranquilo y en una soledad inamovible en el tramo alto del río Bogotá, un sitio
con alturas entre los 2.500 y 3.100 metros sobre el nivel del mar y bajo
temperaturas no mayores a los 18 grados centígrados.
En
esa época, su única amenaza era el consumo de los habitantes aledaños a las
orillas del río Bogotá, un trayecto de aguas cristalinas y puras que dista del
panorama de contaminación que hoy lo agobia. Pero esa actividad era
insignificante: los pobladores no hacían una pesca depredadora y consideraban
al pez como una insignia que debía respetarse.
Vidal González, un hombre cercano a los 70 años
de vida que trabaja como único guardabosque del páramo de Guacheneque en Villa
pinzón, donde nace el río Bogotá, recuerda
que en su infancia y adolescencia el pez capitán abundaba por las veredas.
“El
río Funza era muy caudaloso, lo que permitía que en sus aguas vivieran especies
como el pez capitán. Mi mamá me mandaba a pescar con anzuelo, y yo
regresaba con varios pescados. Abundaban por la zona. La última vez que lo vi
fue hace como 40 años”, recuerda Vidal.
Según el Programa Nacional
para la Conservación del Pez Capitán, estudio publicado hace dos años y
elaborado por el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente de Bogotá,
la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad Nacional y el Instituto
Humboldt, el primer golpe contra el pez fue el traslado forzoso de muchos
individuos a otros cuerpos lagunares.
Esa reintroducción
inició a mediados del siglo XX, cuando varios peces capitanes fueron sacados
del río para trasplantarlos en sitios como las lagunas de Tota, Fúquene y
La Cocha (Nariño), y a otros cuerpos de agua fría en Ubaté, Chiquinquirá y
Tundaza.
Este forzoso cambio de
hogar no tenía la intención de aumentar la cantidad de peces capitanes o
repoblar las lagunas. El propósito fue más bien macabro: alimentar a las
truchas, una especie introducida y principal fuente de alimentación de los
pobladores de estas áreas del país.
“La presencia de especies exóticas como la trucha y la
carpa en estas lagunas ha impactado considerablemente las poblaciones del
capitán. Su poder reproductivo se ha visto disminuido en los lugares donde
se reintrodujo. La trucha, carpa (roja, común y espejo), pez dorado y
langostilla, consumen las ovas y alevinos del capitán y le transmiten
enfermedades”, cita el Programa Nacional del Pez Capitán.
Más verdugos
En la actualidad no hay
estudios poblacionales sobre la cantidad de individuos del pez capitán que
sobrevive en la cuenca alta del río Bogotá. El libro rojo de peces de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la resolución 1912
del Ministerio de Ambiente, lo catalogan como una especie en
vulnerabilidad, al encontrarse aún en varios cuerpos lagunares.
Además de su cambio de
hogar y servirle de alimento a las truchas, el capitán con bigotes
descubierto por Humboldt tiene más verdugos, como la transformación y
degradación de su hábitat, la pérdida de cobertura vegetal en las rondas y
bosques, la desecación, sedimentación y mal uso del recurso hídrico, y la
contaminación del agua del río.
Las aguas que bañan al
altiplano Cundiboyacense están cargadas de fósforo, nitrógeno, amoniaco y
coliformes, y tienen una alta demanda química de oxígeno, factores que han
dejado a este bagre bigotón casi sin alimento. “La mala calidad del agua ha disminuido
la fauna que le sirve de alimento el capitán, como crustáceos, moluscos, macro
invertebrados acuáticos y larvas de insectos”, cita el estudio.
Hasta su tamaño ha mermado en los
últimos años. Por ejemplo, en los individuos analizados en laguna de
Fúquene, los expertos han encontrado peces maduros listos para procrear
con 10 centímetros de largo, es decir menos de la mitad de su tamaño promedio.
En la laguna de Pedro Palo, ubicada en
las montañas del municipio de Tena, varias de las reservas naturales que hay a
su alrededor cuentan con criaderos de peces capitán.
Actividad
Observa los
videos sugeridos. Selecciona, una frase, un mensaje, un dato importante para escribir en cada cara de una pirámide
octágonal.
https://www.youtube.com/watch?v=P1m8J4aufCs&feature=youtu.be .INFORMA SOBRE LAS FIGURAS.
1. Copia esta
plantilla de la pirámide octagonal
2. Recorta la
plantilla de la pirámide con unas
tijeras
3. Dobla
todas las líneas de la plantilla
4. Pon
pegamento en cada una de las pestañas y
pégala
5. Ahora coloca color con vinilo. Un color a cada
cara.
6. Pega o
escribe en cada una de sus caras una
frase o dato importante, ya seleccionado de la lectura de la historia del
capitán de la sabana.
7-Adhiera
la figura a un nailon y pegue al techo. En algún lugar de la casa.
8-
Tome foto a cada uno de sus lados y una foto con la figura completa donde
aparezca usted en familia. Envíe fotos
según el número de caras que tenga a su
docente titular. Nota: El mensaje puede ser a mano, o impreso si se le
facilita.
FIGURA OCTAGONAL
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